Garretón, en una nota que salió en Clarín hace un par de días, dice que el dialogo entre la academia y la política no es algo frecuente y que ello es una traba para profundizar la democracia deliberativa.
Yo voy a reconocer que hay muchos políticos piensan como dice el autor: "una cosa es la teoría y otra la práctica y la vida misma". Pero el síntoma del tupper no existe solamente en el mundo político, también hay sectores de la academia que no están interesados en participar de los debates mundanos.
Ahora bien, creer que algunas personas viven en una burbuja no implica que todas elijan vivir así. Ni los académicos son tan objetivos y buenos (las peleas dentro de las universidades son terribles) ni los políticos tan estupidos de no saber usar el conocimiento que se produce en esos ámbitos cuando el mismo contribuye a la construcción de sus discursos (siempre y cuando esos documentos salgan del micromundo y lleguen a los políticos o a sus asesores).
Weiss asegura que la investigación no determina el rumbo de la política pública en la medida que el mismo viene determinado por la ideología y los intereses que predominan en el conjunto de funcionarios públicos o decisores. Por lo tanto “el lugar de la información en general y de la información de la investigación en particular debe verse, antes bien, en el sentido de ayudar a los elaboradores de políticas a decidir cuáles medidas son las más apropiadas para la realización de sus ideologías y sus intereses” (Weiss, 1999: 378)*.
Que el dialogo entre la academia y la política es bueno y saludable es algo que no pongo en duda, especialmente en áreas que por su complejidad necesitan del desarrollo de conocimiento técnico. Sin embargo, la presencia de instancias de articulación no es condición suficiente para mejorar la democracia.
Yo voy a reconocer que hay muchos políticos piensan como dice el autor: "una cosa es la teoría y otra la práctica y la vida misma". Pero el síntoma del tupper no existe solamente en el mundo político, también hay sectores de la academia que no están interesados en participar de los debates mundanos.
Ahora bien, creer que algunas personas viven en una burbuja no implica que todas elijan vivir así. Ni los académicos son tan objetivos y buenos (las peleas dentro de las universidades son terribles) ni los políticos tan estupidos de no saber usar el conocimiento que se produce en esos ámbitos cuando el mismo contribuye a la construcción de sus discursos (siempre y cuando esos documentos salgan del micromundo y lleguen a los políticos o a sus asesores).
Weiss asegura que la investigación no determina el rumbo de la política pública en la medida que el mismo viene determinado por la ideología y los intereses que predominan en el conjunto de funcionarios públicos o decisores. Por lo tanto “el lugar de la información en general y de la información de la investigación en particular debe verse, antes bien, en el sentido de ayudar a los elaboradores de políticas a decidir cuáles medidas son las más apropiadas para la realización de sus ideologías y sus intereses” (Weiss, 1999: 378)*.
Que el dialogo entre la academia y la política es bueno y saludable es algo que no pongo en duda, especialmente en áreas que por su complejidad necesitan del desarrollo de conocimiento técnico. Sin embargo, la presencia de instancias de articulación no es condición suficiente para mejorar la democracia.
* Weiss, C. H., “La investigación de políticas: ¿datos, ideas o argumentos?”, en Peter Wagner, Carol Hirschon Weiss, Björn Wittrock & Hellmut Wollman (comps.), Ciencias Sociales y Estados Modernos.
3 comentarios:
prinnn!!!
sinceramente no lei todo el post.
pasaba a dejar un saludin nomás :)
besooo
Eso es lo bueno de ser una princesa... lo súbditos te quieren aunque no entiendan un corno de lo que decís.
Yendo al tema del post, no estoy tan convencido del modelo de Weiss, que postula que la oferta de los académicos solo es escuchada en tanto "llene" la demanda de los políticos. Creo que eso es cierto en el corto plazo, pero en el largo plazo me quedo con el argumento de Hayek (http://mises.org/etexts/hayekintellectuals.pdf) según el cual las ideas abstractas desarrolladas en la academia se van simplificando y expandiendo muy lentamente, hasta ser aceptadas por todos los no académicos. Anyway, se trata de un campo inexplorado, aún hay mucho q estudiar al respecto.
puff... el asunto de la praxis, no?
a ver, esperame unos días que aceito un poco la politóloga que llevo dentro
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