Crónicas de una derrota anunciada

Días antes de una elección, lo que suele pasar es que las encuestas ya no mienten más. La verdad se revela, y cuando la diferencia entre los candidatos es abrumadora...hacer algo para cambiar el rumbo de los fríos números es tarea reservada para creyentes.

Yo que estuve del lado perdedor (as usual), puedo dar fe de lo difícil que es seguir motivado. Cuando la realidad te golpea, lo único que uno puede hacer (si es que no tiene una buena carta para jugar y sorprender) es llevar la estrategia al extremo....aunque probablemente eso ya no sirva para mucho.

Si uno ya no puede aspirar al premio mayor, al menos desea achicar la brecha que te separa del primero y robar algunas bancas legislativas. Pero para hacer estas dos cosas necesita de votantes, los cuales muchas veces ante encuestas que muestran lo perdedor que sos deciden cambiar su voto.

Siempre me resulta gracioso como los candidatos, a pesar de que ya saben que van al muere, mantienen un discurso ganador relativamente creíble para sus groupies. Yo nunca entendí muy bien para qué hacían eso, pero el año pasado creí comprenderlo. Mantener la motivación es clave, sin votantes (y en Argentina sin fiscales que aseguren que las boletas lleguen a las mesas) el resultado de las elecciones puede ser mucho peor que lo pronosticado por los sectores más pesimistas.

McCain, aunque yo voy a estar festejando el triunfo de Obama, quiero que sepas que voy a pensar en vos el día 5 de noviembre. El trayecto que separa el bunker de tu casa a la noche, el almuerzo post derrota con el equipo, el asedio de los medios para verte triste, el comienzo del desarme de las oficinas son cosas muy muy tristes. Que tu psicólogo te ampare!