lunes, 29 de diciembre de 2008

Doy fe

Llega fin de año, las fiestas, la comida, la bebida, los fuegos artificiales y las notas re pelotudas sobre el Congreso. Hoy me desayuné con un par de notas de La Nación (acá y acá) en las cuales se habla (como siempre) del Congreso como escribanía.

Lo primero que me parece poco feliz de este tipo de notas es que se habla de la cantidad de proyectos sancionados en 2008, cuando todavía estamos en periodo legislativo. O sea que las estadísticas todavía pueden variar (prometo algún post pasado los 10 días hábiles del 2009), pero aún si la tendencia no cambia, qué problema hay con que se hayan aprobado tantos proyectos del ejecutivo?

En los últimos 10 años, según los datos de Directorio Legislativo, no hay una super variación en la cantidad de proyectos que manda el PE que se convierten en ley. Siempre la tasa de éxito de los proyectos enviados por ese poder supera por mucho al porcentaje de éxito de los proyectos de los legisladores.
La diferencia entre un aumento o disminución en la cantidad de proyectos del PE que son sancionados vendría ligada al tamaño de la coalición oficialista. Cuanto más débil es la coalición que banca al presidente menos proyectos pasan el filtro del Congreso. Todo lo contrario sucede cuando el bloque oficialista es fuerte y eso no está mal!!! Después de todo la gente votó a esos legisladores sabiendo que son del mismo partido y por ende lo lógico es que apoyen las iniciativas del gobierno.

Sin embargo, ese análisis debería ser mucho más riguroso. Ni en las notas ni en los cuadros de arriba, se está teniendo en cuenta si los proyectos fueron modificados. Si los legisladores metieron mucha mano, entonces los proyectos sancionados seguramente sean bastante diferentes a las propuestas originales. Lamentablemente no tengo los datos sobre esto (sé quien los tiene, si me los pasa los subo), pero yo estimo que al menos la mitad de los proyectos sufren modificaciones. Si esto es así, entonces decir que el Congreso es una escribanía es la cosa más pelotuda del mundo!

Cuando los diarios van a entender que tener politólogos escribiendo sobre los que 'saben' es un mejor negocio que tener periodistas no especializados!?

5 comentarios:

Unknown dijo...

¿Para qué politólogos especializados en vez de periodistas?
El punto central es anterior: qué se quiere decir. Sabiendo qué es lo que se quiere decir, luego, se busca, incluso un politólogo, un sociólogo (Fidanza, por ejemplo, o cualquiera de Poliaqruía, porque Rosendo Fraga no se presta para pelotudeces) que justifique lo que se quiere decir.
Si se quiere decir que el Congreso no es una Escribanía, basta compararlo con los regímenes parlamentarios. Si se quiere decir que el Congreso es una Escribanía se hace una estadística que lo demuestre.
El problema es otro: la nota anual de proyectos presentados, tan obvia como los consejos para tomar sol y los puteríos de la Revista (con devaluación) en Carlos Paz, quiere decir que las instituciones no funcionan como debería.
Porque, ciertamente, las instituciones, coincide cualquier relato nacional (digo, de izquierda o derecha, para el caso) no funcionan como deberían, es algo que dirá cualquier opositor de cualquier gobierno.
Porque si funcionasen, la estrategia paras er adversario debería ser drásticamente modificada. No sería la estrategia utilizada en toda la historia nacional: la caída de un gobierno, su debilitamiento, etc.
Como en general, y como presupuesto más allá de lo explícito, ninguna oposición considera legítimo al gobierno, sino a las instituciones que éste administra, que deberían estar por encima y bla-bla, el único modo de ser opositor es decir que las instituciones no funcionan.

Una pelotudez pequeña sobre la política nacional que me enseño tempranamente la facultad.
En ninguna materia, sino conociendo a los chicos de Franja Morada. Ese es un saber insuperable.

Princesa Sukimuki dijo...

Lucas, obviamente que hay un manejo del discurso. Los sociologos los llaman 'contruir el relato', yo lo llamo leer los datos como a mí me viene bien.

No hay nada malo en hacer eso, pero bue si uno mira la foto más amplia entonces el relato que están intentando construir se desarma y pierde fuerza. Quizás los opositores y los diarios que quieren bajar línea tendrían más argumentos si miran la cantidad de proyectos que pasan de una o el tipo de proyectos que se aprueban. Obviamente es difícil establecer un indicador que permita evaluar la 'importancia' de las leyes, pero si los anti-k encuentran sustento al mito que dice que las leyes importantes son las que promueve el PE y las más pedorras o las que tienen menos impacto son las que vienen del propio congreso entonces van a tener un discurso mucho más efectivo que el actual.

Y si no tienen fundamentos para demostrar eso, entonces deberían buscar otra puerta de entrada para criticar la 'institucionalidad' de este gobierno.

Anónimo dijo...

En las siempre ilustrativas cartas de lectores de La Nación hay aspecto que es sistemáticamente olvidado al tratar el asunto del Congreso como una escribanía. Es la segunda carta. Por dios, qué gente. http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1084821

Marchante dijo...

pufff....
vamos los polit al powerrrrr
Vos decis que se van a dar cuenta?

Princesa Sukimuki dijo...

Anónimo, sos de los pocos anónimos q pasan x este blog! Muy buena la carta de lectores, no confundan al trabajo del escribano con ese horror q es el Congreso x favor!!!!

March, brindamos hoy por un 2009 lleno de revolución politologica en el mundo?

besos!